sábado, 27 de octubre de 2007

Otras verdades incómodas

Ya se ha tratado en este blog el tema de los premios Nobel, más concretamente el de la paz. Bien, pues este año, el designio ha estado a la altura de los comentados: Al Gore.
Sin entrar en el tema de hasta qué punto influye el hombre con respecto al cambio climático, me parece ridículo concederle un premio de este calibre a alguien sólo por haber hecho un documental. Si es por la lucha a favor del medio ambiente, podían habérselo dado a Geen Peace, Adena o WWF. Ellos sí llevan muchos años en esta labor.
Por otro lado, cabe destacar, como se comenta mucho últimamente, que Gore era el vicepresidente de Estados Unidos cuando no firmaron el protocolo de Kyoto. Y además es el dueño de una mina de Zinc, de las más contaminantes de América. Por todo eso tiene mucho que callarse.
Lo que no voy a discutir es su inteligencia. Ha sabido fabricarse un personaje para seguir viviendo de manera cómoda después de dejar la política. Ahora tiene el futuro asegurado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por una vez y sin que sirva de precedente le doy absolutamente toda la razón :). Ni se merece ese premio, y me parece bastante interesado. Lo único positivo que saco de todo esto es que ya sea como sea, al menos se consigue que se hable del cambio climático.

Un saludo!