sábado, 12 de enero de 2008

Montilla

El actual presidente catalán pasó de una manera especialmente destacada como ministro de ZP.
Cabe destacar, por si alguien no lo sabe, que es el primer ministro de la democracia, ya no que no tenga título universitario, sino que carece de cualquier cualificación profesional (ni siquiera tiene un oficio). Cordobés de nacimiento, pertenece a esa hornada de políticos catalanistas radicales que no han nacido en Cataluña (junto a Durán i Lleida y Carod-Rovira). Este, además, habla el catalán con bastante dificultad.
En nuestra memoria queda su intento de regalar Endesa a Gas Natural, propiedad de Caixa de Cataluña, siendo ministro de Industria. ¿Por qué regalar? Porque Gas Natural no tenía ni de lejos suficiente dinero para hacerlo. Por ello pretendía obligar a todas las cajas de ahorros de España que le concedieran un crédito para tal fin.
El asunto fue ciertamente polémico. No olvidemos que los consejos de administración de las cajas de ahorros son nombrados a dedo por los gobiernos autonómicos correspondientes. Que Gas Natural tuviese prácticamente el monopolio de la energía en España implica algo más que una consecuencia empresarial. Sería una poderosa arma de extorsión para el gobierno separatista que hay en Cataluña.
Lo más grave del asunto es otra cosa. En medio de toda la operación, Caixa de Cataluña le perdonó un crédito de 6000000 euros, o lo que es lo mismo, se los regaló. En cualquier país con una democracia respetable, este tipo no hubiese dimitido, sino que estaría en la cárcel. Pero como estamos en España, lo nombraron cadidato para las elecciones catalanas.
Increíble.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah si? el primer ministro sin estudios universitarios? Qué me dice de Celia Villalobos?

Turkishman

Anónimo dijo...

No es el primero, también estaba Corcuera. Pero al menos éste era electricista. Lo que digo es que Montilla no tiene ni siquiera un oficio.

Saludos.

Anónimo dijo...

Pues que yo sepa es funcionario porque ha aprobado una oposición. Puedo estar de acuerdo en que ser funcionario no es un oficio (a veces ni un trabajo), pero a efectos de vida laboral si lo es.

Este artículo me recuerda a uno del iluminado donde decía que este señor no había acabado el bachiller (cosa que no es cierta). Vale que se dedique usted señor Kaviardo a criticar a diestro y siniestro, pero le considero bastante más inteligente que el iluminado de la mñana como para hacer este tipo de apreciaciones que no llevan a nada.

Saludos.

Turkishman