lunes, 13 de agosto de 2007

Los premios Nobel de la paz

Son considerados poco menos que santos en vida, eminencias que pueden sentar cátedra en cualquier tema en el que opinen, pero los ha habido, hay y habrá que no han sido ni tan buenos ni tan pacíficos.
Abrimos la lista con Nelson Mandela. Probablemente el caso de hipocresía mediática más importante de la Historia. Considerado un preso político y de conciencia se convirtió en un mito a finales del siglo XX ... pero muy poca gente sabe por qué lo metieron realmente en la carcel, junto a 7 compañeros más. Terrorismo. A eso se dedicaba en la ANC. En principio fue sentenciado a muerte en los 60, así que puede darse con un canto en los dientes.
Ya está un poco olvidado porque fue ya hace años, pero en su día se lo dieron también a Arafat, histórico terrorista palestino y líder de la reciclada OLP.
Yéndonos a casos domésticos, el recientemente fallecido Lluis María Xirinacs fue propuesto durante 3 años como candidato a este premio. ¿Cuál es su mérito? La verdad es que no lo tengo muy claro, salvo que pueda considerarse como tal el dedicar su vida al separatismo catalán. Dedica perlas en su epitafio del tipo "una nación nunca será libre si sus hijos no quieren arriesgar su vida en su libertad y defensa" y fue condenado hace 3 años por apología del terrorismo (de ETA, del que decía ser amigo). Un angelito, vamos.
Y tiemblo cada vez que oigo que un grupúsculo de zotes quieren proponer a Bush hijo o a ZP como candidatos al Nobel (este último por su famosa alianza). Y el nombre de Gadafi suena con fuerza ...

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