domingo, 23 de septiembre de 2007

Feminismo

Miedo me da este "lobby" de resentidas con objetivo incierto. La teoría dice que buscan la igualdad entre la mujer y el hombre. La verdad es otra bien distinta.
Por suerte, la igualdad de oportunidades hace años que se ha conseguido, en todos los estamentos. No obstante, se sigue engañando a la opinión pública con estadísticas de interpretación manipulada en los medios de comunicación. Los datos que indican que un hombre cobra un x% más que una mujer no siginifica que una mujer cobre menos que un hombre por el mismo trabajo, que es rotundamente falso, sino que los hombres se emplean en trabajos mejor remunerados. La estadística se refiere, por supuesto, al salario medio. Pero aquí vale todo para enfervorizar.
Siempre veo a esta gente protestando por el número de directivas en empresas, mujeres ministro, etc. ... pero nunca las he visto protestar porque haya pocas mujeres poceras, mineras, peones, albañiles o trabajadoras de limpieza urbana; aún siendo trabajos de predominio aplastantemente masculino. Eso es hipocresía y lo demás son gaitas.
Las oposiciones del estado son caso aparte y más vergonzoso si cabe. Los políticos de turno siempre tragan con este tipo de cosas, es lo que tiene el electoralismo. Ahora me entero que no necesita la misma exigencia física un trabajo de bombero, policía o soldado si el aspirante es mujer. Las circunstancias se amoldarán a su sexo, según parece. Ha habido casos de ayuntamientos que bajan cada año los requerimientos físicos para mujeres bombero para forzar a que entren un número determinado en cada convocatoria. Vergonzoso e irresponsable. En EEUU las pruebas físicas de este tipo son comunes para ambos sexos, como es lógico. Pero aquí parece que de ellos sólo copiamos lo malo.
Y la guinda, por supuesto, la tenía que poner el entrañable ZP con sus cuotas. Escudándose en argumentos falaces, considera que tiene que haber el mismo tipo de ministras que de ministros. Yo pensaba que lo primordial era tener el mejor equipo, por encima de los sexos. Uno de los argumentos era la representatividad. Como de ella dependiese, habría un par de ministras sólo, dado el escaso porcentaje de mujeres militantes en los partidos políticos.
Han intentado hacer lo mismo en consejos de administración, científicos en organismos púbicos ... Hay que tener en cuenta, señor Rodríguez, que las diferencias de números muchas veces no son debidas a la discriminación, sino a las afinidades profesionales. Si hay pocas científicas e ingenieras, o pocas empresarias, es simplemente porque las mujeres en general así lo han decidido. Por eso quizás hay un mayor número de médicos mujeres, enfermeras o profesoras. Pero no por ello tiene derecho a pisotear y a discriminar a los hombres.
Sin duda, una mujer preferirá llegar a sus metas por méritos propios, y no con leyes estúpidas que no harán más que cuestionar su verdadera capacidad.

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