domingo, 13 de marzo de 2011

¿Qué hay detrás de Wikileaks?

En 2010, Wikileaks saltó a la fama mundial con la publicación de lo que se llamó "Cuadernos de guerra", una serie de documentos filtrados que contenían actuaciones poco apropiadas del ejército estadounidense en las guerras de Afganistán e Irak. Desde ese mismo momento, la organización empezó a erigir a su líder, Julian Assange, en una especie de personaje de culto.
Sin embargo, fue en noviembre del pasado año cuando acaparó todos los titulares con la filtración (dosificada) de cables diplomáticos de las embajadas de Estados Unidos en todo el mundo. En ese momento empezaron a llamar especialmente la atención dos detalles: Por una parte, los cables se publicaban con cuentagotas en su página web oficial, y por otra, se filtraban a determinados diarios (todos de ideología izquierdista).
Wikileaks confimó en ese momento que, a pesar de lo que pregona en su web, no tiene demasiado interés en que el gran público conozca de primera mano lo que se publica en sus documentos. La página no disponía (y sigue sin disponer) de ningún buscador por contenidos, por lo que a un lector interesado no le queda más remedio que buscar por año o ciudad donde se ubica una determinada embajada y revisar los cables resultantes uno por uno... La otra opción era captar la información digerida y editada que sobre estas filtraciones publicaban los "diarios amigos". Por supuesto, en este caso la línea editorial de la publicación era la que decidía lo noticiable y lo interesante para los ciudadanos. En España, el diario "socio" fue El País.
Ante las preguntas por diferentes vías acerca de sospechosa dosificación de las filtraciones (cuando afirmaban tener 250000 cables y a fecha que se escribe esta entrada, hay publicadas poco más de 4000) y el hecho de no comparirlas con todos los medios de comunicación posibles, alegaron siempre cuestiones tecnológicas kafkianas, la necesidad de revisar los cables antes de la publicación para eliminar la información personal de personas cuya seguridad se pudiese ver comprometida y la relevancia de los medios "elegidos" frente al resto. Curioso que vayan tan lentos con lo cortos que son los cables. Curioso que tengan tantos paños calientes en este caso y que hayan anunciado hace un mes que publicarán información de personajes importantes con cuentas confidenciales en un banco suízo. Y también curioso que todos los periódicos a los que han filtrado tengan una línea editorial parecida.
Una muestra inequívoca de la "independencia" de los medios que tuvieron la "primicia" de los cables la tenemos en España. A El País se le olvidó contar que el embajador de Madrid los considera un diario socialista; que tenía información de que el PSOE negociaba con ETA ya a principios de 2004 (http://bit.ly/hk2z5j), que el 11 de marzo de 2004 aceptaron, creyeron y avalaron la versión de la autoría de ETA en los atentados terroristas de Atocha que dió el Gobierno durante la mañana de aquel día (http://bit.ly/hiyba8); o que daba por nefasta la gestión de Zapatero y Moratinos con respecto al avión con tripulación española de Chad (http://bit.ly/e1yYNF) Afortunadamente, a principios de 2010, un alma caritativa externa a la organización implementó una aplicación web que sí permite buscar por contenido en los cables publicados (http://cablesearch.org). Actualmente es el único recurso que realmente cumple el objetivo que teóricamente se promete para Wikileaks.
Sin embargo, el código de honor de los de Assange se pone en cuestión cuando hace pocas semanas, el diario 20 Minutos (de nuevo un medio con línea editorial similar a la de El País) anuncia que posee la totalidad de los cables filtrados a la organización conrrespondientes a las embajadas y consulados españoles. Esta información, según el mismo diario, fue proporcionada por el diario noruego Aftenposten, al que a su vez Wikileaks habría filtrado la totalidad de los cables. ¿Debemos entender entonces que para compartir las filtraciones con medios de comunicación no es necesario eliminar la información sensible desde un punto de vista de seguridad? ¿Por qué estos medios pueden acceder (y hacer uso) libremente a toda la información antes que el resto de los ciudadanos? Ante esas preguntas, planteadas a las interlocutoras oficiales de la organización no se ha obtenido respuesta alguna.
Si alguien se toma la molestia de ojear unos cuantos cables al azar, se dará cuenta de que la gran mayoría no son más que informes que el embajador o cónsul en cuestión pudo redactar basándose simplemente en la información publicada por los medios de comunicación locales. Muy poco relevante, y lo políticamente adecuado con la ideología de los medios implicados ya ha sido publicado por los mismos y es conocido por todos. De un modo u otro, las revelaciones contenidas en estos documentos no han sorprendido a casi nadie. Por esa razón, Wikileaks dejó de acaparar titulares y cayó en el olvido.
Reafirmando una vez más que probablemente sus objetivos no son los que dicen ser, han empezado a finales de enero a anunciar cables en las redes sociales con mucha más frecuencia que antes. Y, sorprendentemente, fueron capaces de publicar cabes con mucha más rapidez y adecuados a la "tendencia informativa" del momento: Se publicaron súbitamente multitud de cables concernientes a las embajadas en el Magreb.
Llama poderosamente la atención el hecho de que hasta la fecha sólo se han promocionado fitraciones que afectan directa o indirectamente a Estados Unidos. No sabemos si esto es casual o tiene algún fin. Tampoco si han descartado publicar otras filtraciones fiables que les hayan podido hacer llegar por algún motivo. Desconocemos si realmente Wikileaks se reserva información mucho más importante (como la que supuestamente puso a disposición para descarga pública en modo cifrado sin revelar la contraseña) para proteger a Assange y a la propia organización o se limitan a vender humo para ganar tiempo... Incluso han hecho circular rumores de que lo que publicarán podría definir un nuevo orden mundial.
¿Sigue Wikileaks unos determinados intereses? ¿Hay algo o alguien detrás de esta organización? ¿Es simplemente un sofisticado invento publicitario para convertir a Julian Assange en un personaje? Hay que dudar de quien nos hace dudar. Juzguen ustedes mismos.

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